Celebramos hoy la fiesta de la patrona de la Diócesis de Cuenca, la bienaventurada Virgen María de las Angustias, que de pie junto a la cruz de Jesús en las horas amargas de la pasión de su Hijo sufrió la «espada de dolor» que le había profetizado el anciano Simeón. De este modo y para siempre, María está íntima y fielmente asociada a su pasión salvadora. Este patronazgo fue declarado solemnemente por bula del papa san Juan XXIII el 13 de abril de 1962.
Oremos:
Oh, Dios, junto a tu Hijo elevado en la cruz
quisiste que estuviese la Madre dolorosa;
concede a tu Iglesia,
que, asociándose con María a la pasión de Cristo,
merezca participar en su resurrección.
Por Jesucristo, nuestro Señor.