Celebramos hoy, 19 de noviembre, a san Juan del Castillo, nacido en Belmonte en 1595, presbítero de la Orden de la Compañía de Jesús y mártir, que, en el poblado de las reducciones de Asunción, en Paraguay, fundado por san Roque González y encomendado a sus cuidados, por instigación de un individuo aficionado a artes mágicas fue maltratado con crueles suplicios y finalmente apedreado, lo que le llevo a la muerte dando testimonio de Cristo. (1628)
Dos días antes en Caaró, también Paraguay, los santos, Roque González y Alfonso Rodríguez, presbíteros de la Orden de la Compañía de Jesús, que ganaron para Cristo a los pueblos indígenas abandonados, fundando las llamadas «reducciones», donde el trabajo y la vida social se compaginaban libremente con los valores del cristianismo, fueron asesinados a traición por el sicario de un personaje adicto a las artes mágicas. (1628)
Oremos:
Dios de poder y misericordia,
invocamos tu gran compasión
para que, así como infundiste por la predicación
de los santos mártires Juan del Castillo y compañeros
el conocimiento de tu Unigénito en el corazón de los pueblos,
les concedas también, por su intercesión,
arraigar con firmeza en la fe recibida.
Por Jesucristo, nuestro Señor.