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Querid@s amig@s:

Después de las fiestas de Pascua culminada el domingo pasado con la solemnidad de Pentecostés, celebramos una serie de fiestas que nos llevan a profundizar en el misterio de nuestra fe, un misterio que

+ nunca se agota

+ que no está hecho para ser solamente pensado

+ sino que está para ser vivido, llevado a la práctica, al día a día.

Jesús, con su vida, con sus palabras, con sus actitudes y, finalmente, con su muerte y resurrección nos ha «narrado», nos ha intentado explicar el misterio de Dios, tal como nos dice el evangelista Juan en su prólogo: «A Dios nadie lo ha visto jamás, solo Jesús, el Hijo de Dios, nos lo ha narrado, ha hecho exégesis de él».

Y Jesús nos ha hablado de un Dios que es misterio de amor y de vida, un Dios que ama la vida. Y en este misterio no existe soledad, sino que es un misterio de comunión de amor y de vida: Jesús, el Hijo de Dios, quiso mostrar el rostro de un Dios que es Padre con entrañas de Padre, de un Dios que crea porque el Espíritu revolotea y porta la Palabra preñada de vida.

Y esto Jesús lo ha mostrado en el día a día, en su estilo de vida: un hombre de comunión, solidario, portador de vida… Un hombre que ha hablado de un Dios misterio de amor amando; un hombre que ha hablado de un Dios comprometido con la humanidad comprometiéndose él como Hijo de Dios hasta niveles insospechados…

De este modo el misterio de Dios se convierte en impulso y modelo de humanidad, de humanidad reconciliada que camina por el mundo tratando de vivir en comunión de vida y amor… Por eso, quien confiesa su fe en un Dios Trino, quien cada día comienza haciendo la señal de la cruz, quien se sabe imagen de Dios no puede sino caminar por la vida mostrando el rostro de este Dios, cuidando la comunión, tendiendo puentes de fraternidad y solidaridad, siendo hombre o mujer que trabaja por la paz, por la justicia, por la vida… Así es como Jesús confesó y mostró su fe en el misterio de Dios que es comunión de vida y amor, así es como nosotros podemos mostrar al mundo el rostro de un Dios que es creíble y que ayuda a configurar una sociedad donde reine el amor y la vida, la comunión y la fraternidad.

¡¡¡Feliz domingo!!!

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