Como muy bien apunto el obispo de la Diócesis en su homilía de la ordenación sacerdotal de Carlos Arribas, nuestra Iglesia de Cuenca se viste de fiesta por un nuevo sacerdote. Sólo uno es motivo suficiente para que nos alegremos. Está claro que Dios sigue llamando aunque las respuestas no parezcan siempre pocas. La cuestión es que Carlos ha respondido sí y es motivo de dicha. Una dicha que se vio reflejada el pasado 29 de Junio en la ordenación de un nuevo presbítero.
La Catedral de Cuenca se vio llena de fieles, como en pocas ocasiones, para celebrar la Eucaristía en la que, junto con Mons. José María Yanguas, concelebraron mas de cincuenta sacerdotes que quisieron arropar al neopresbítero, entre ellos los formadores del Seminario Conciliar y el párroco del nuevo sacerdote. A los lados del altar mayor, cientos de personas procedentes, en su mayoría, de la localidad natal de Carlos Arribas, Casasimarro, que no quisieron perderse un gran acontecimiento para su pueblo, arropando tanto a él como a su familia.
En su homilía, dirigida especialmente a Carlos Arribas, el obispo de la Diócesis apuntó tres aspectos importantes para la vida de los presbíteros. En primer lugar, Mons. José María Yanguas apuntó la oración como algo vital para la vida de los sacerdotes. Cuidar tiempos y espacios para el encuentro con el Señor será el manantial para una entrega más fructífera. Por ello, dijo el prelado, no importará nunca posponer otros menesteres con el fin de que los sacerdotes se empapen de Dios a través de la oración personal.
Junto a ello, la Eucaristía se convierte en la primera misión del presbítero: Vivirla y celebrarla con el amor y respeto que se merece porque es el centro de la vida del sacerdote. Una Eucaristía que nos impulsará a darnos por completo a los demás en el resto de quehaceres ministeriales.
Y por último, no olvidar que el sacerdote forma parte de una gran familia que es el presbiterio. Los presbíteros, apuntó el obispo, deben estar unidos entre sí y a su pastor. Entre todos, en la unión de los sacerdotes, los fieles verán la riqueza que supone seguir a Jesucristo, Buen Pastor.
Carlos Arribas celebró su Primera Misa Solemne en su pueblo natal, Casasimarro. En el templo de esta localidad presidió la Eucaristía donde la comunidad parroquial se volcó para unirse a esta acción de gracias porque Dios se ha fijado en este pueblo para escoger a uno de sus hijos para el ministerio sacerdotal. Allí, acompañado de sacerdotes procedentes de toda la Diócesis dio gracias a Dios por haber sido llamado a tal alto servicio al Pueblo de Dios.
