Comunicado del Sr. Obispo de Cuenca invitando a la corresponsabilidad y generosidad económica ante la pandemia

Comparte esta noticia
Facebook
X
LinkedIn
WhatsApp

Con el presente Comunicado me dirijo particularmente a los fieles cristianos, sacerdotes, religiosas/os, laicos, pero, si se me permite, quiero hacerlo llegar también a todos los hombres y mujeres de buena voluntad, preocupados por la situación que se ha venido creando como fruto de la pandemia que sufrimos desde hace varias semanas

La crisis sanitaria provocada por el coronavirus, así como el obligado confinamiento en las casas, está teniendo ya graves consecuencias sanitarias, sociales y económicas.

Las semanas pasadas han visto el sacrificado empeño de toda la población por frenar la expansión del virus. Son numerosísimas las personas de las que somos deudores por su ejemplar servicio al bien común. No me detendré aquí a enumerarlas en detalle. A todas, muy especialmente al personal sanitario, mi sincera gratitud y reconocimiento.

También la Iglesia ha puesto su grano de arena al servicio de esta causa común, tomando algunas medidas, para ella particularmente dolorosas, en su deseo de secundar las medidas adoptadas por la autoridad civil. Ha ido incluso más lejos de lo estrictamente exigido por ésta; y lo ha hecho con la conciencia clara de estar cumpliendo un deber cívico-moral. Vaya aquí mi sincera gratitud y aprecio por el trabajo de los sacerdotes que prestan generosamente su servicio en el hospital, así como por el de los párrocos de nuestros pueblos y ciudades que acompañan y consuelan a las familias en los doloroso momentos de dar sepultura a sus difuntos, saben tener para todos fieles palabras de fe y de consuelo, y se esfuerzan por estarles cercanos con numerosas iniciativas.

En este contexto, la Comisión Ejecutiva de la Conferencia Episcopal Española ha invitado a Obispos y sacerdotes, pero también a toda la comunidad cristiana, a dar un paso adelante en el sentido de responsabilidad y de solidaridad para con los pobres, cercanos y lejanos.

Para hacerlo efectivo, ha sugerido, a cuantos nos resulte posible, dar una parte del propio sueldo o hacer una aportación fija durante un tiempo determinado. Sé que no faltan quienes, generosamente y de manera callada, ya lo vienen haciendo desde hace meses y años. La aportación podrá hacerse directamente en las parroquias o en la cuenta bancaria que las mismas indiquen.

Esta llamada a vivir la comunión cristiana de bienes, la caridad solidaria con los más afectados por la crisis y también la corresponsabilidad en el sostenimiento de la Iglesia, quiere hacer  sencillamente eco a las palabras del Señor Jesús: “Lo que hicisteis con uno de estos, mis hermanos más pequeños, conmigo lo hicisteis”. ¡Gracias! a todos, ya desde ahora.

+José María Yanguas

    Obispo de Cuenca

Comparte si te ha gustado