El mensaje semanal del Obispo de Cuenca. 29 de Marzo de 2019

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Queridos diocesanos:

Todos conocéis el hecho de las pariciones de la Virgen Santísima en la pequeña localidad de Fátima en la vecina Portugal. Las apariciones tuvieron lugar en 1917 cuando todavía estaba en su pleno furor la primera guerra mundial, la llamada “gran guerra”, que contó sus víctimas por decenas de millones.

Es igualmente sabido que la Ssma. Virgen se apareció en varias ocasiones, en la Cova de Iria, a unos sencillos pastorcitos, apenas unos niños. Dos de ellos, Francisco y Jacinta murieron muy pocos años después. Lucía en cambio murió siendo una anciana carmelita. En sus apariciones la Virgen pidió a los pastorcitos que rezaran el Rosario por la paz en el mundo, por la conversión de los pecadores y por el fin de la guerra que asolaba por entonces Europa.

En este año de 2019 se cumplen los cien años de la muerte de Francisco, y en 2020 sucederá lo mismo con la de Francisca. Con este motivo, la parroquia de Fátima quiere hacerse eco, una vez más, de las peticiones de Nuestra Señora y ha invitado al mundo a unirse en oración. De ese modo, desea divulgar aún más el mensaje de la Virgen en favor de la conversión, la paz y la salvación del mundo. En concreto, ha programado para el jueves  4 de abril, a las 20.00 hs., una hora de adoración eucarística durante la cual se rezará el Santo Rosario en varios idiomas. Al final de dicho acto tendrá lugar la Consagración al Inmaculado Corazón de María. La iniciativa cuenta con la bendición y el apoyo del Sr. Cardenal Antonio Marto, Obispo de Leiria-Fátima, y con la colaboración del santuario de Fátima.

En los distintos medios con los que se ha dado a conocer dicho acto, se ha querido poner de relieve que la invitación a celebrarlo se extiende a todos, de manera particular a cuantos buscan consuelo, esperanza, paz y reconciliación, recordando al mismo tiempo que es una magnífica oportunidad para compartir la alegría de la fe en un mundo necesitado de Dios y de unas nuevas relaciones entre los hombres y los pueblos. El Santo Rosario será ofrecido por las mismas intenciones por las que la Virgen de Fátima pedía a los pastorcitos que lo rezaran: 1) la paz en el mundo, el Santo Padre y el fin del aborto; 2) en reparación a los corazones de Jesús y de María; 3) como intercesión por las almas del Purgatorio; 4) por la conversión de Rusia; 5) por la conversión de los pobres pecadores. El acto será transmitido por Radio María.

Invito a las parroquias de la diócesis, a las comunidades religiosas, a los movimientos, así como a las familias y especialmente a los enfermos a unirse a la celebración de dicho acto el próximo 4 de abril con la Exposición del Santísimo Sacramento y el rezo del Santo Rosario por las intenciones que se acaban de mencionar.

La oración perseverante que se eleva al cielo y que nace de un corazón humilde y lleno de fe es escuchada y acogida por Dios Nuestro Señor. Jesús nos asegura de la eficacia de la oración de la Iglesia cuando dice: “Os digo, además, que si dos de vosotros se ponen de acuerdo en la tierra para pedir algo, se lo dará mi Padre que está en los cielos” (Mt18, 19). Por lo que se refiere al Santo Rosario, es bien sabido y experimentado que se trata de un “arma” poderosa que Dios ha puesto en  nuestras manos para obtener lo que pedimos.

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