El abismo de luz que hay en Dios, Palabra que se ha hecho carne para luminar a todo hombre, ha inundado el universo entero. La Palabra en la que había vida y luz vino a los suyos y los suyos no lo recibieron. Pero hubo gente que sí recibió esa luz, que sí encontró en Jesús de Nazaret el sentido de sus búsquedas vitales, gente que no eran de los suyos, pero que sí lo acogieron y recibieron. Y a ellos les dio el poder de ser hijos de Dios, les llenó la vida de alegría y les cambió para siempre. Entre esos muchos deberíamos contarnos nosotros. San Pablo lo dice en la carta a los Efesios que el misterio escondido desde siempre ha sido revelado: «también los gentiles son coherederos, miembros del mismo cuerpo y partícipes de la promesa en Jesucristo, por el Evangelio». Así pues, la fiesta de la Epifanía, de los Reyes Magos, celebra la manifestación de Jesús como Hijo de Dios y Mesías para todos los hombres y mujeres de todos los tiempos.
El evangelio de hoy es uno de los textos más entrañables por todo lo que hay alrededor de esta fiesta: la atracción de los magos que vienen de tierras lejanas, la magia de los regalos… Pero podemos perder de vista el mensaje profundo y precioso que este texto nos sigue ofreciendo.
La historia de estos magos de oriente es la historia de cualquier hombre o mujer que quiere darle un verdadero sentido a su vida, que se deja llevar por los signos y se lanzan a la búsqueda de aquello que señalan o de lo que son signos. Veamos los pasos que dan estos magos:
+ En primer lugar, han visto un signo, una estrella, y se han puesto en camino. Son gente que está dispuesta a dejar su comodidad, porque en ella no encuentran la verdadera felicidad, el sentido de su vida. Y ante un signo que les habla de algo más, se ponen en camino, se arriesgan al seguir sus intuiciones…
+ Son personas que no desisten aunque hayan dejado de ver con claridad o hayan perdido de vista el signo. Ellos creen en lo que buscan y cuando han dejado de tenerlo claro, han preguntado. Quieren encontrar a quien es capaz de darle sentido a sus vidas. Por eso están dispuestos a adorarlo.
+ En ayuda de la búsqueda de estos hombres, surgirá la Palabra de Dios. La Palabra de Dios reorientará su búsqueda, le dará un sentido que ellos no podían imaginar y les conducirá hasta el encuentro con un Rey al revés, un Rey inesperado: un Rey niño que cuidará a su pueblo desde abajo, un Dios que realmente es Enmanuel.
