El Sr. Obispo asiste a la apertura de la fase diocesana de la causa de beatificación y canonización de la sierva de Dios Carmen Hernández

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El Obispo de Cuenca, Monseñor José María Yanguas, asistió el domingo, 4 de diciembre, a la solemne sesión de apertura de la fase diocesana de la causa de beatificación y canonización de la sierva de Dios Carmen Hernández —coiniciadora del Camino Neocatecumenal. El acto se celebró en la Universidad Francisco de Vitoria en Pozuelo de Alarcón (Madrid).

APERTURA DE PROCESO

En el solemne marco de la Universidad Francisco de Vitoria de Madrid, en presencia del cardenal Carlos Osoro, 2 cardenales y 41 obispos y al menos otras dos mil personas de varios países de Europa y del mundo -la misión llevada a cabo por Carmen y Kiko abarca 135 países de los 5 continentes y muchos han pedido poder participar en esta solemne inauguración- se realizó el Acto oficial de la Diócesis de Madrid.

Se desarrolló en cuatro momentos: en primer lugar un saludo y unas palabras de presentación de Kiko Argüello, con una oración y lectura del Evangelio (Mc 9,2-8), el pasaje de la Transfiguración del Señor, una página del Evangelio muy querida por Carmen; luego la sesión de apertura de la Causa, con la lectura del “Supplex libellus”, es decir, la petición que hace el postulador en nombre del equipo internacional del Camino a la Diócesis para iniciar este proceso; la lectura del «Nihil obstat» del Dicasterio de la Santa Sede para las Causas de los Santos para iniciar el proceso, seguido de la invocación del Espíritu Santo para que acompañe todo este trabajo y del juramento del Arzobispo de Madrid con la aceptación de la solicitud formulada y la designación de un tribunal diocesano que se encargue de todo el proceso. Uno por uno, el delegado episcopal, el promotor de justicia, la notaria (y su adjunta), el postulador de la Causa tomaron juramento: este momento concluyó con la lectura de las «Actas de la sesión» por el Canciller-Secretario y la alocución del Cardenal Osoro.

En el tercer momento del Acto, la Orquesta Sinfónica del Camino Neocatecumenal ofreció dos piezas, dos poemas sinfónicos compuestos por Kiko: «Aquedá» e «Hijas de Jerusalén». El primer momento «Aquedá» hace presente el sacrificio que Abraham fue llamado a hacer, en el monte Moria, de su hijo Isaac y éste le ofrece voluntariamente la garganta para no hacerlo inválido: así aparece la fe sobre la tierra; el segundo pasaje «Hijas de Jerusalén» es el momento del encuentro que Jesús, cargado con la cruz, tiene con unas mujeres que lloran por él; el Señor les dice: «Hijas de Jerusalén, no lloréis por mí, llorad por vosotras y por vuestros hijos…, porque si esto hacen con el leño verde, ¿con el seco qué se hará?” (Lc 23, 28.31). Son dos poemas llenos de dramatismo y de tensión musical.

 

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