Recemos por el Papa.
Hemos conocido por los medios de comunicación que el Papa Francisco fue intervenido el pasado domingo, 4 de julio, de una estenosis diverticular sintomática del colon en el Hospital Policlínico Gemelli de Roma, el mismo en el que en varias ocasiones fue hospitalizado San Juan Pablo II.
Las noticias ofrecidas por el mismo hospital sobre la salud del Papa son tranquilizadoras. La operación, aunque más larga de los esperado, se realizó, gracias a Dios, con éxito y la convalecencia del Pontífice sigue pautas normales.
Estoy seguro de que todos los fieles de la iglesia diocesana, en unión con los de las demás diócesis del mundo, hemos acompañado en estos momentos al Santo Padre con nuestro afecto y con la oración por su pronto restablecimiento. Seguimos así el ejemplo de lo que los hechos de los Apóstoles nos cuentan de la Iglesia naciente, la cual “mientras Pedro estaba en la cárcel bien custodiado, rezaba insistentemente a Dios por él” (Hch 12, 5). Ejemplo de fe en la eficacia de la oración y ejemplo de comunión con Pedro, a quien el Señor “puso al frente de los demás Apóstoles y en quien instituyó el principio y el fundamento, perpetuo y visible, de la unidad de la fe y de la comunión” (Vaticano II, Lumen Gentium, 18).
Ruego a todos perseverar en la oración por el Sucesor de Pedro, para que pueda retomar en seguida su ritmo habitual de vida al servicio de la diócesis de Roma y de “todas las Iglesias”.
+José María Yanguas
Obispo de Cuenca