La Iglesia conquense se suma al Día Internacional por el Trabajo Decente

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Bajo el lema “Frente a la indecente precariedad, trabajo decente, como Dios quiere”, las entidades promotoras de la iniciativa Iglesia por el Trabajo Decente (ITD) –Cáritas, Conferencia Española de Religiosos (CONFER), Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC), Justicia y Paz, Juventud Estudiante Católica (JEC) y Juventud Obrera Cristiana (JOC)— lanzan un Manifiesto con motivo de la celebración, el 7 de octubre, de la Jornada Mundial por el Trabajo Decente en el que denuncian “la indecente precariedad que sufre el mundo del trabajo” y urgen “a adoptar las medidas necesarias para conseguir que el Trabajo Decente sea una realidad accesible para todas las personas”.

En el manifiesto, estas entidades recuerdan la apuesta común alcanzada en junio pasado durante la 108ª Conferencia de la Organización Internacional del Trabajo, en la que se celebró su Centenario, “de aprovechar todo el potencial del progreso tecnológico y el crecimiento de la productividad para lograr trabajo decente y desarrollo sostenible, que permitan asegurar la dignidad, la realización personal y una distribución equitativa de los beneficios para todos”.

Iglesia por el Trabajo Decente en la Diócesis de Cuenca

En la Diócesis de Cuenca, Cáritas y CONFER convocan a las entidades de Iglesia, y anima a la ciudadanía conquense a acompañar la lectura del manifiesto el próximo lunes, 7 de octubre, a las 20:30 h. en las escaleras de la Parroquia de San Esteban, en la capital conquense. La convocatoria está abierta a ser seguida por toda la Diócesis. Así, la Cáritas Parroquial de Minglanilla se suma a este acto con la lectura del manifiesto un día después, el 8 de octubre, a partir de las 18:00h.

En esta Jornada por el Trabajo Decente queremos llamar la atención especialmente sobre el empleo en el servicio doméstico en la Diócesis de Cuenca, uno de los sectores vulnerables hacia el que la Iglesia, a través de Cáritas, es sensible y al que apoya a través del Área de Economía Solidaria. En los últimos años, se está produciendo un incremento de demandas y ofertas en dicho sector fruto de factores como el envejecimiento de nuestra población, la propia despoblación y la escasez de salidas laborales en otros sectores.

Efectos de la precariedad laboral

Al mismo tiempo, y en el marco de este 7 de octubre, desde la Iglesia por el Trabajo Decente (ITD) se pone el foco en los efectos negativos de la precariedad laboral, que se traduce en “vidas truncadas, vulnerables y violentadas de personas explotadas y abusadas por contratos temporales y eventuales, con sueldos que no concuerdan con las horas realizadas, sin seguridad en el puesto de trabajo y sujetos a una flexibilidad que acaba quebrando la dimensión personal de las personas trabajadoras al imposibilitar una verdadera conciliación entre trabajo, familia, descanso, participación social y ocio”.

Como se afirma en el Manifiesto, “seguimos constatando cómo el trabajo está lejos de ser un derecho que garantice la dignidad de la persona, mientras sigue aumentado el número de trabajadores y trabajadoras pobres”.

La ITD recuerda las palabras del papa Francisco cuando denuncia que “la dignidad no nos la da el poder, el dinero, la cultura, ¡no! ¡La dignidad nos la da el trabajo!”. Y un trabajo que sea realmente digno, porque hoy, añade, “tantos sistemas sociales, políticos y económicos han hecho una elección que significa explotar a la persona”.

Propuestas

A la denuncia de esta realidad, las entidades promotoras de la ITD plantean cuatro propuestas concretas:

–              El compromiso de todos los poderes públicos en la construcción de un sistema económico, social y laboral justo, fraterno y sostenible que sitúe a la persona en el centro.

–              Un trabajo que garantice la dignidad y la justicia, así como el desarrollo integral de la persona, especialmente de aquellas más descartadas y excluidas.

–              Un modelo de trabajo que sea fuente de reconocimiento social y personal, a través de la dignificación de los cuidados, con nuevos planteamientos de políticas sociales, de género y educativas en igualdad entre mujeres y hombres, sin olvidar el derecho a una conciliación real de la vida familiar y laboral.

–              Y un trabajo que sea realmente para la vida, que se realice en un entorno de seguridad y salud, con condiciones que garanticen la integridad física y psíquica de la persona.

En el Manifiesto, las entidades renuevan su compromiso de acompañamiento de “esta dura realidad social y sus efectos deshumanizadores” y su disposición a “estar alerta para denunciar, desde la ternura, la compasión y el estilo de vida de Jesús de Nazaret, la denigración que está sufriendo la persona y el trabajo”.

Sínodo especial para la Amazonía

Concluyen este llamamiento con una referencia al Sínodo especial para la Amazonía, que acaba de comenzar en Roma y cuya temática atañe directamente a la misión y visión de la Iniciativa Iglesia por el Trabajo Decente. “La defensa de la Creación –señalan las entidades— nos involucra directamente en la defensa de unas condiciones laborales dignas para quienes se ven sometidos, bajo escandalosas condiciones de explotación, a prácticas productivas insostenibles con la dignidad humana y el equilibrio medioambiental”.

Todas las diócesis del país han convocado actos reivindicativos y de oración con motivo de la Jornada, que pueden consultarse en la web de la Iniciativa.

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