Con motivo este año de la celebración del Año Jubilar, bajo el lema ‘Peregrinos de Esperanza’, la Junta de Cofradías y las Hermandades de la Semana Santa de Cuenca han celebrado, el sábado 15 de marzo, el Jubileo de las Hermandades.
Comenzaron a las 12 horas, con la procesión solemne desde San Felipe Neri hasta la Catedral, donde celebró la Santa Misa presidida por el obispo de Cuenca, Monseñor José María Yanguas.
Un elemento importante del Jubileo es la peregrinación. Se trata de llegar al sepulcro de S. Pedro y S. Pablo, en Roma. Y si no es posible, hacerlo a uno de los templos jubilares que propone la Diócesis. Caminar, con tiempos de silencio, ayuda a reflexionar en la fe, a encontrarnos con nosotros mismos y, sobre todo, encontrarnos con el Señor. La peregrinación, es como un símbolo de la vida, que tiene un origen y una meta, camino y vida que hay que saber orientar hacia el Señor.
Otro de los aspectos destacados del Año Santo es la posibilidad de ganar la Indulgencia Plenaria. El Catecismo de la Iglesia (1471) citando a S. Pablo VI dice: «La indulgencia es la remisión ante Dios de la pena temporal por los pecados, ya perdonados en cuanto a la culpa, que un fiel dispuesto y cumpliendo determinadas condiciones consigue por mediación de la Iglesia…” De este modo, por el Sacramento de la Penitencia obtenemos perdón de los pecados, por la indulgencia plenaria Dios nos libera de la pena del purgatorio que tuviéramos hasta ese momento. Las condiciones indulgencia son: para lucrar la – Verdadero arrepentimiento, excluyendo todo afecto al pecado y movidos por espíritu de caridad.- Recibir el sacramento de la penitencia- Participar en la eucaristía y comulgar- Orar por las intenciones del Santo Padre. Podrás conseguirla:- participando en una pía peregrinación a un templo jubilar, con la celebración de la eucaristía y demás condiciones- Individualmente visitando un lugar jubilar, haciendo adoración eucarística y finalizando con el Padre Nuestro, Credo e invocando a María, Madre de Dios.- Quien por motivo grave (monjes de clausura, ancianos, enfermos, presos…) no puedan desplazarse, y con las mismas condiciones, recen en su capilla o casa el Padre Nuestro, el Credo y otras oraciones y ofreciendo sus sufrimientos o dificultades de la propia vida.
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Fotos: CATEDRAL DE CUENCA