Hoy es dos de abril de 2023, Día Internacional del Autismo. Al irme a hacer la foto con el símbolo de infinito con Fran (mi hijo con autismo) y con su catequista, tal y como nos lo sugirieron desde la asociación para dar visibilidad al autismo, no he podido dejar de pensar lo que la Parroquia de San Fernando ha aportado a la vida de Fran y, por lo tanto, a la mía.
Muchas veces, las familias que tienen un miembro con autismo u otra discapacidad intelectual, nuestro mayor desafío es relacionarnos con los demás, a veces es tanto que optamos por minimizar nuestra vida social. De esta manera no tenemos que estar dado explicaciones a todas horas, ni aguantar las malas caras de los demás.
Bien, ese ha sido el gran regalo de la parroquia para con nosotros. Solicité ayuda para que mi hijo Fran participara de la catequesis. La catequista de Fran se encargó de explicar cómo era Fran, sus distintas formas de interactuar y de relacionarse. Una vez explicado es fácil que los demás actúen en consecuencia y desde el primer día nos hemos sentido acogidos y respetados por toda la comunidad parroquial, y he de decir que hay veces que Fran lo pone difícil.
También ha sido un gran descanso para mí que todos aceptaran caminar al ritmo de Fran, sin prisas. Hoy tiene 14 años y sigue asistiendo a catequesis para recibir el sacramento de la Eucaristía, que sin duda hará, pero a su ritmo.
Por eso hoy, día Internacional del Autismo, quiero dar testimonio de que la parroquia es un lugar para todos, es la casa de todos.
Decidles a todas las familias que se encuentren en alguna situación parecida a la mía y quieran que sus hijos formen parte activa de la Iglesia, que den un paso al frente y se animen a formar parte activa de la Iglesia. Todos somos Iglesia. Todos.
He de decir que esta experiencia es un intercambio, Fran aprende de todos y la parroquia también aprende de Fran y, mucho.
Una vez más, Gracias, gracias, gracias