Día de la prensa católica, 10 de mayo de 1923

DÍA DE LA PRENSA CATÓLICA

A pesar de las no interrumpidas ocupaciones, que necesariamente lleva consigo el sagrado deber de la Santa Pastoral Visita, que actualmente estamos girando a algunos pueblos del arciprestazgo de Priego, aún la Bondad Divina quiere concedernos breves mo­mentos para que podamos dirigir, a nuestro amado Clero e hijos, algunas palabras sobre la .celebración del «Día de la Prensa Católica», cuya fecha se apro­xima rápidamente.

A guisa de proemio e iniciación para la realización, de tan importante fiesta en el año actual, hemos recibido los dos interesantes y oportunísimos documentos que a continuación publicamos muy gustosamente; el uno procedente del Emmo. Sr. Cardenal Secretario de Estado de Su Santidad, y firmado el otro por el Excmo. Sr. Arzobispo de Sevilla, Presidente de la Junta Central de la Asociación Nacional de la Buena Prensa.

Sería bastante la lectura de tan respetables escri­tos para que los corazones todos de los católicos respondiesen al unísono a los deseos tan elevadamente expresados en los referidos documentos; y, por lo que a Nos toca, estamos seguros de que nuestros arriadí­simos hijos pondrán verdadero empeño el alcanzar nuevos y más señalados triunfos que los conquistados en años anteriores después de brillantes trabajos, mantenidos por incansable actividad; secundados por las Juntas locales, por infatigables seminaristas y por piadosas damas; y coronados por éxito indiscutible,

En fuerza de constancia, que no ha sido vencida por desmayos ni contrariedades, la diócesis de Cuen­ca ha logrado alcanzar, entre sus hermanas, puesto envidiable de honor, pese a su pobreza siempre dominada por rica y cristiana generosidad; pudiendo afirmarse que en el corriente año no escatimará los esfuer­zos, ni permitirá se le arrebate el lugar conquistado,- antes bien obtendrá otro mayor, para satisfacción de todos.

La fiesta de que venimos haciendo mérito, no debe mirarse con desdén. El Apostolado de la Prensa es arma poderosa y providencial que bien puede acarrear a la sociedad actual beneficios prácticos e incal­culables; y es deber sagrado de conciencia utilizar, favorecer y fomentar ese poderoso medio a fin de res­taurar todas las cosas, mediante la consolidación del espíritu puramente cristiano.

La Junta diocesana, constituida como en los dos años, últimos, será la encargada de organizar los trabajos para que el fruto sea abundante. A los demás corresponde secundar las órdenes que aquélla comu­nique, y laborar con el ardor y entusiasmo p>opios de las causas más nobles.

            Dios lo quiere; el Pápalo ordena; y los intereses religiosos y morales lo demandan. El mundo entero se va percatando de que la fiesta del «Día de la Pren­sa» es de interés excepcional. ¿Quién que se llame ca­tólico dejará de tomar parte en esta pacífica y nece­saria Cruzada?

No serán, sin duda, nuestros hijos; a quienes corno prueba del amor que sentimos hacia ellos, anticipa­mos nuestra gratitud más profunda y bendecimos pa­ternalmente desde el fondo de nuestra alma.

                              Alcohujate, en Santa Pastoral Visita, a 10 de Mayo de 1923. 

 

                                                + CRUZ, Obispo de Cuenca

 

 

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