El Pan de la Palabra – Domingo II de Cuaresma

Querid@s amig@s:

‪El versículo interleccional del domingo pasado nos daba una de las claves para vivir este tiempo de Cuaresma, si bien se trata del mejor consejo para no perder ni el rumbo ni el ritmo en nuestra aventura de vivir: «No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios». El seguimiento, el crecimiento como persona creyente sólo puede ser auténtico si nace y se alimenta de la escucha de la Palabra de Dios. Pues bien, hoy el evangelio de Marcos nos ofrece el episodio de a transfiguración, como sucede cada segundo domingo de cuaresma. Marcos trata de mostrar con comparaciones y como buenamente puede un episodio que rompe nuestros esquemas espacio-temporales y que nos habla de la resurrección. En esta escena, se oyen unas palabras desde el cielo muy parecidas a las del bautismo. Allí Jesús solo escuchaba la voz del cielo: «Tú eres mi Hijo amado, mi predilecto». Ahora son los tres discípulos que suben con Jesús a un monte los que escuchan la voz del cielo: «Este es mi Hijo amado; ¡escuchadlo!». Jesús, la Palabra hecha carne, es la palabra que Dios quiere que escuchemos. El creyente es el que vive de la escucha de la Palabra, de la escucha de Jesús, de la amistad con él por medio de ese diálogo íntimo que es la oración. ¡Buena receta para este tiempo de Cuaresma: escucha de la Palabra y oración!

‪Desde esta clave de la escucha del Hijo, de la escucha de la Palabra, fijémonos en las lecturas de este domingo:

‪+ La primera lectura nos ofrece un pasaje del libro del Génesis que a veces nos escandaliza. Dios pide a Abrahán que le ofrezca a su hijo en sacrificio sobre un monte, el hijo de la promesa, su hijo amado. Y Abrahán obedece. Dios reitera su promesa de bendición para todos los pueblos porque, como dice el texto «me has obedecido». Abrahán ha «sabido escuchar» a Dios, a pesar de que por momentos a veces a desconfiado de Dios y de su palabra. En la hora de la prueba, en el momento en que Dios le ha pedido una entrega total, Abrahán ha obedecido. 

‪Además de esta conexión con el evangelio, esta primera lectura tiene otros contactos con el relato de Marcos de hoy  Isaac y Jes_ús son hijos amados de Abrahán y de Dios respectivamente; sobre ambos cae el cumplimiento de una promesa; los dos suben a un monte donde Dios se va a revelar y va a hablar… En la primera lectura y en el evangelio, dos padres, Abrahán y Dios, ofrecen a sus hijos amados para que el resto tengan vida y bendición.

‪+ En el evangelio, Marcos presenta el episodio de la transfiguración de Jesús. Debemos situar el episodio en la trama del evangelio para poder captar más detalles. A penas dos episodios antes, en Mc 8,27, Jesus ha comenzado a caminar hacia Jerusalén. Será éste un camino complicado. No sube a celebrar una Pascua más como buen judío. Los acontecimientos le dicen y le hacen presentir que su subida a la capital supondrá su muerte. Por eso por tres veces avisa a sus discípulos que su camino a Jerusalén es un camino de entrega, de donación total y voluntaria. Este anuncio sorprende a sus discípulos que esperan que el camino del Mesías tenga tintes de poder, de fuerza, de prestigio, de fama… Por eso Pedro inmediatamente quiere reprender a su Maestro para que cambie de idea. A Pedro y a los discípulos, de entonces y de ahora, les cuesta comprender la cruz, la abnegación, la donación total y desinteresada, la entrega por amor… En ese momento, Jesús les vuelve a reiterar la llamada a seguirlo sin engaños y sin presiones: «el que quiera seguirme, niéguese a sí mismo, cargue con la cruz y que me siga…». A tres de estos discípulos a los que propone este camino, Jesús los sube a una montaña y les muestra que ese camino aparentemente fracasado e inútil es el único que conduce a la luz y a la vida, a la transfiguración total, a la configuración con Dios que es luz de luz. Y ahí sus discípulos contemplan la visión de Jesús envuelto en esa luz de Dios y en conversación con Elías y Moisés. Elías y Moisés son los representantes de dos de los conjuntos de libros sagrados para un judío: Elías es un profeta que representa a los Profetas y Moisés, según la tradición, es el autor de los cinco primeros libros de la Biblia, el Pentateuco. La Ley y los Profetas conversan con Jesús, hablan de Jesús. Eso vieron los primeros cristianos: en Jesús, que es el que queda solo tras la visión, la Ley y los Profetas han llegado a su plenitud; en él se han cumplido todas las promesas de Dios contenidas en las Sagradas Escrituras. Ahora la Palabra autorizada de Dios en medio de nosotros es su Hijo Jesús. A él es al que hay que escuchar, saber escuchar, es decir, obedecer. 

‪+ La segunda lectura, tomada de la carta a los Romanos, nos permite meternos en los sentimientos y pensamientos de Abrahán que está dispuesto a sacrificar a su hijo tan esperado y querido, el hijo de la promesa, y en el corazón de Dios que ha enviado al mundo para salvarlo a su Hijo amado, a su único Hijo, al que debemos escuchar porque viene cargado de palabras de vida eterna. «Si Dios está con nosotros, ¿quién estará contra nosotros? El que no perdonó a su propio Hijo, sino que lo entregó a la muerte por nosotros…». ¿Quién puede tener amor más grande? ¿Aún nos cuesta acercarnos a este Dios que nos ha dado todo con su Hijo?

‪Pedimos estos días de Cuaresma con la oración colecta de este domingo: «Señor, Padre Santo, tú que nos has mandado escuchar a tu Hijo, el predilecto, alimenta nuestro espíritu con tu Palabra». Que la escucha de esta Palabra nos lleve a saborear lo que Dios nos da en su Hijo amado, Palabra hecha carne.

 

‪¡¡¡Feliz domingo a todo@s!!!

Servicio Bíblico Diocesano

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