El domingo 14 de mayo la Delegación Diocesana de Familia y Vida de Cuenca ha organizado por segundo año la FIESTA DE LA FAMILIA, un acontecimiento que pretende llevar a todas las familias de Cuenca la alegría del amor vivido en los hogares cristianos, por medio de los juegos, el entretenimiento y la diversión en familia.
Con la asistencia de cerca de 500 personas tuvo lugar en el parque situado junto a la iglesia de San Fernando desde las 12,30 de la mañana hasta las 6 de la tarde y contó entre otras actividades con juegos participativos para toda la familia animados por monitores de los grupos de jóvenes de nuestros campamentos y parroquias. Además pequeños y grandes pudieron disfrutar por la tarde con un divertido espectáculo de malabares, magia y humor.
El señor Obispo nos visitó por la mañana departiendo con numerosos asistentes y compartiendo con nosotros el momento de la comida que consistió en una paella gigante para todos los que quisieron participar de la misma.
También nos acompañaron el Seminario al completo y numerosos sacerdotes de distintas parroquias de Cuenca que acompañaron a sus feligreses en este espléndido día.
Asimismo desde la Delegación de Familia se invitó a participar como el año pasado durante toda la jornada con stands informativos a organizaciones como Caritas, Manos Unidas y Adevida, para ,que se dieran a conocer y mostraran las distintas actividades que están llevando a cabo dentro y fuera de Cuenca.
Este año se ha contado también con la presencia de las diversas Delegaciones diocesanas: Catequesis, Misiones, Enseñanza, Juventud, Vocaciones, COF y Familia y Vida que han mostrado a las familias conquenses el trabajo que se está llevando a cabo desde cada una de ellas . Por otro lado, se instaló un stand con libros y otros artículos de la Tienda de Palacio referentes a temas familiares.
Para terminar la jornada se realizó una oración final en la Parroquia de San Fernando y se emplazó a los asistentes a participar en la próxima Fiesta de la Familia dado el éxito de esta iniciativa, que tiene vocación de convertirse en un clásico y referente en nuestra Ciudad.
Fue una jornada en la que disfrutamos todos: abuelos, padres, jóvenes, niños, sintiéndonos miembros de una misma y única familia, la “Familia de la Iglesia”. Todos unidos por una misma fe, que nos invitaba a transmitir a todos los que se acercaron a participar la alegría del amor, la alegría de la Familia Cristiana.