Industrial
Nació, en Cuenca, el día 10 de abril de 1898. Casado con Gabriela Olmedo Recuenco, tuvo cinco hijos: Jesús, Mª Dolores, Enrique, Jaime y Gonzalo.
Buen padre y católico de fuerte fe, inculcó a sus hijos el amor que hay que tener a Dios, al que había que poner en primer lugar siempre. “Dios ante todo”, solía repetir.
Desde que se inició la persecución religiosa, fue muy perseguido. Después de incautarle todos sus bienes, lo encarcelaron en el Seminario Conciliar de San Julián, escogiendo para él los peores lugares, sometiéndolo a duros castigos morales, corporales y físicos. Pero él, con gran confianza, rezaba a Dios y a la Virgen María repitiendo frecuentemente: “Que sea lo que Dios quiera”.
En el interrogatorio al que le sometieron, le preguntaron que si iba mucho a misa, a lo que respondió que sí y que a qué partido político pertenecía, a lo que contestó que a ninguno, porque solo era católico, apostólico y romano.
Sospechando que lo iban a matar, se despidió de su esposa y de sus hijos con ternura y fortaleza, diciendo al mayor que no olvidara la fe de su padre y que lo recordase a sus hermanos.
Murió junto a su hermano Daniel Jesús, gritando «¡Viva Cristo Rey!», el día 19 de noviembre de 1936, por la noche, junto a las paredes del cementerio, donde fue sepultado.
Lo mataron únicamente por ser creyente y por odio a la fe de Cristo, por lo que se recuerda su muerte como un verdadero martirio.