Francisco Perpiñán Romero

Francisco Perpiñán Romero

Regente de Iniesta

Natural de Santo Domingo de Moya, Cuenca. Nació el día 17 de septiembre de 1862.

Ordenado sacerdote como Operario diocesano en España y Méjico, desempeñó los oficios siguientes: Ecónomo de Mira el año 1916, y en 1913 fue nombrado párroco de Alarcón. En 1923, Regente de La Roda y el 1930, párroco de Garaballa. Fue Regente de Iniesta, posteriormente, hasta que lo asesinaron soez y cruelmente.

Era un Sacerdote muy ejemplar, laborioso y celoso de su ministerio sacerdotal. Muy piadoso y caritativo, se había ganado la simpatía de sus feligreses.

Con gran resignación y valentía aceptó su sacrificio, murió, en la carretera de Iniesta a La Graja de Iniesta, el día 5 de septiembre de 1936, después de recibir crueles tormentos, pues murió de varios tiros en pecho y cabeza.

  Cuentan testigos oculares que después de muerto, el cadáver fue rociado con gasolina y prendiéndole fuego, sólo ardieron las ropas. Ante esto, lo cubrieron de leña, a la cual prendieron fuego, y tampoco ardió el cuerpo. Sus asesinos, llenos de terror, huyeron de aquel lugar a toda prisa. Murió asesinado el día 5 de septiembre de 1936, en la carretera de Iniesta a La Graja de Iniesta, Cuenca, sólo por ser sacerdote y por odio a la fe católica. Goza de fama de martirio.

 

 

 

 

 

 

Toribio Pérez Grueso

 

Labrador

Nació, en Montalbo, Cuenca, el 15 de abril de 1881. Estaba casado con Juliana Melero Martínez, que había muerto antes de la guerra. Tuvo tres hijos: Alfonso, Lorenzo y Felipe. Lorenzo murió de pulmonía a los diecinueve años. Los otros dos hijos murieron en la guerra.

Era un labrador muy honrado y trabajador, de buenos sentimientos y amante de la familia, gran entusiasta de las ideas católicas. De intensa práctica religiosa.
El día 5 de noviembre de 1936, mientras hacía en su casa labores propias de su profesión, se presentaron unos milicianos que le invitaron a ir con ellos al Ayuntamiento para firmar algo. Cuando llegaron allí, lo maniataron y así lo tuvieron hasta el momento de matarlo.

Pocas horas después, junto con otros detenidos, lo trasladaron al lugar indicado para asesinarlo. Antes pudo hablar con la nuera, recomendándole que cuidara de su hijo Felipe, pues suponía que a él lo matarían también. (Sus dos hijos murieron en el frente, al parecer asesinados a causa de las denuncias del pueblo). Murió asesinado el día 5 de noviembre de 1936, al mediodía, en el término de Saelices, Cuenca, por su vida de católico práctico y por odio a la fe cristiana.

Celio Sepúlveda Lozano

Ecónomo de Almonacid

 

 

Ecónomo de Almonacid

 

  Nació en Montalbanejo, Cuenca, el día 1 de julio de 1889.

  Cursó todos los estudios eclesiásticos en el Seminario Conciliar de San Julián y fue ordenado sacerdote el año 1915.

Su primer destino fue de Coadjutor en Mota del Cuervo. En 1923, fue Ecónomo de Uña y el año 1930 recibió el nombramiento de Párroco de Las Majadas, volviendo a su pueblo natal, Almonacid del Marquesado, de Ecónomo en 1935.
Siempre fue humilde, cumplidor de los deberes del ministerio sacerdotal y bueno con todos. Sacerdote de gran fe pasó toda su vida amando a Dios y haciendo el bien a los hombres.

Cuando la persecución religiosa fue aumentando, se refugió en su pueblo como pudo; pero fue detenido y encerrado en la iglesia, convertida en cárcel, el día 16 de septiembre de 1936. A los tres días, fue trasladado al término de Villarejo Periesteban (Cuenca), donde lo asesinaron con su paisano sacerdote D. Laureano Rubio García. Su cadáver fue trasladado, después de la guerra, al cementerio de Almonacid del Marquesado. Murió asesinado el día 19 de septiembre de 1936, por ser sacerdote y por odio a la fe católica.

Julián Saiz Blázquez

Hojalatero

Nació, en Priego (según el libro de familia), el día 17 de agosto de 1906. Casado en primeras nupcias con Cristina, que falleció posteriormente, y con Hermenegilda Quicios. Tenía dos hijas: María de los Dolores y María Cristina.
Hojalatero de oficio, era un obrero piadoso, de convicciones hondas y prácticas, de honradez sin tacha. Pertenecía a la

  Juventud de Acción Católica y al Sindicato Católico Obrero.

Al estallar la Guerra Civil y comenzar la persecución religiosa, fue encarcelado en la Provincial, en la checa instalada en el Seminario y en el Cuartelillo sucesivamente, de donde el coche de la muerte, se lo llevó hacia el cementerio. Por el camino, encarándose con los milicianos que lo llevaban, les dijo: “¿Dónde me lleváis?…. Y, siendo un obrero como vosotros, ¿me vais a matar?…”. Entretanto, el coche de la muerte iba pasando por el camino, entre los cadáveres, aun sangrantes de los otros mártires asesinados, y la nueva víctima, obligada a descender del coche, al ver aquel espectáculo sufrió un desvanecimiento, cayó en tierra, y allí le dispararon un tiro en la sien. Murió asesinado el día 14 de noviembre de 1936, de madrugada, en el cementerio de Cuenca, sólo por ser católico practicante y por odio a la fe.

Se recuerda, en Cuenca, su muerte y se le considera mártir de la Iglesia.

 

 

Eduardo Saiz Rabadán

Párroco de Sisante

 

Nació, en Sisante, Cuenca, el día 19 de julio de 1869. Tenía dos hermanas llamadas Matilde y Ángeles, que le ayudaron mucho en su vida. 

  Estudió en el Seminario de Cuenca recibiendo el Sagrado Orden Sacerdotal el año 1892. El primer oficio parroquial que recibió fue el de Regente de Casas de Fernando Alonso, pasando a Ecónomo de Valdeganga en 1903 y Cura Párroco de Casas de Guijarro el año 1910, siendo trasladado en 1920 a Sisante, donde pasó todo el resto de su vida, hasta que fue asesinado el año 1936. 

Sisante era un pueblo muy religioso; pero al iniciarse la guerra, milicianos armados, venidos de fuera, se adueñaron del pueblo. Con todo, se continuó celebrando el culto, hasta que el uno de agosto de 1936, Sisante fue invadido por los milicianos venidos de Madrid. Al ver el templo parroquial, comenzaron a decir: “¿Pero qué hace esta Iglesia sin quemar?… ¡Poco va a durar!”. Así fue. Al poco rato irrumpieron en la iglesia y arrancaron el sagrario, profanando el Santísimo Sacramento y los vasos sagrados que lo guardaban, llevándose las formas consagradas, dando pruebas que eran perseguidores de Dios y de la Religión Católica, ya que comenzaron por lo principal que allí había. Poco después, comenzaron a sacar las imágenes de los santos a la plaza contigua, donde les prendieron fuego. Lo mismo hicieron con el convento y ermita de Nuestro Padre Jesús Nazareno. 

Casi al mismo tiempo, D. Eduardo, que era sacerdote de conducta intachable y de vida ejemplar, muy querido por sus paisanos, apenas iniciada la Guerra Civil y la violenta persecución religiosa, sin respeto a su carácter sagrado, ni a su avanzada edad, ni a su delicada salud, fue maltratado y atropellado, hasta el extremo de dejarlo maltrecho y sin poderse mover del lecho. Diariamente le visitaban los milicianos para reiterarle con saña la amenaza de matarlo en cuanto pudiera levantarse. 

Así, el día 18 de noviembre de 1936, a las cuatro de la tarde, fue apresado por los mismos milicianos que le visitaban diariamente, y en las primeras horas de la noche lo asesinaron con el mayor salvajismo, a palos con un enorme garrote que se conserva manchado en sangre de la inocente víctima, a pesar de que sabían, como reconoció el propio forense, “que sólo hubiera podido vivir unos días más”. La causa única de su persecución y muerte fue su carácter sacerdotal y los verdugos obraron por verdadero odio a la fe. Así, pues, murió asesinado el 18 de noviembre de 1936, a las once de la noche, en la carretera de Cuenca, cerca de Atalaya.

Severiano de Silva y Soria

 

Nació, en Fuente de Pedro Naharro, Cuenca, en el año 1876. Casado con Rosario Melgarejo. Tuvo seis hijos: Luis, Ramón, Rosario, Ángela, Joaquín y Mª Teresa.

Don Severiano de Silva era un caballero muy cristiano y español, de santas costumbres, que se distinguió siempre por su piedad y patriotismo. Buen esposo, buen padre y buen hermano.

Cuando, iniciada la guerra, se intensificó la persecución religiosa, en la tarde del 17 de agosto de 1936 fue sacado de su domicilio junto con sus hermanas Rosa y Milagros de Silva y Soria. Sufrió los mismos malos tratos crueles e inhumanos y fue sacrificado a pocos kilómetros del pueblo por sus ideales religiosos. El día 12 de junio de 1936 escribió en una carta: “Celebro que estés bien con tu familia como aquí gracias a Dios lo estamos. Lo demás, bueno o malo, nos lo dará el Señor por añadidura”.

Murió asesinado el día 17 de agosto de 1936, por la tarde, entre Horcajo y Santa Cruz de la Zarza por ser católico practicante y de ideales claramente católicos. Tiene fama de mártir.

Jesús María de Torres Briones

Párroco de Priego

Nació en Priego el 9 de noviembre de 1873. Sus padres eran Calixto de Torres Martínez y Catalina Briones Polo. Sus hermanos: Emilia, Enrique (sacerdote) y Roberto (sacerdote).

Este celoso y diligente sacerdote se distinguía por las virtudes propias de su estado, que poseía en grado eminente. Era piadoso y caritativo no dejando pasar ninguna ocasión de hacer bien a todos sus feligreses y paisanos pues al terminar la carrera sacerdotal en 1900 había sido destinado a su pueblo natal donde ejerció su ministerio sagrado durante treinta y seis años, hasta su muerte.

Fue detenido en su domicilio por una cuadrilla de milicianos de la Columna del Rosal junto con su hermano Enrique con el que tuvo la dicha de confesarse poco antes de morir. Conducido al lugar indicado, con otros vecinos del pueblo, fue asesinado y su cadáver arrojado a una acequia consiguiendo la palma del martirio al coronar su vida sacerdotal con la muerte por Cristo.

Murió asesinado el día 31 de octubre de 1936 a las doce de la noche en las inmediaciones de Torralba y según consta en la Causa General fue hallado su cadáver el 2 de febrero de 1937.

Rafael Peláez Plaza

Coadjutor de Utiel

Nació, en Honrubia, Cuenca, el día 19 de marzo de 1907. 

Estudió en el Seminario de Cuenca, recibiendo el Orden Sacerdotal el año 1931. Desde muy joven sintió la llamada al sacerdocio. De su vocación hablaba con insistencia a su familia, que era muy piadosa y aprobaban la decisión del niño. Antes de ingresar en el seminario, ya se percibía en él que su vida iba a ser ejemplar, pues rezaba todos los días el Santo Rosario y tenía tierna devoción a la Virgen María. A la muerte de su padre, creyendo que sus esperanzas de estudiar para sacerdote se iban a desvanecer, escribió una carta al antiguo cura de su pueblo, pidiéndole que se interesase por su ingreso en el seminario, pues si no se realizaba su deseo, le sería imposible vivir. 

En el Seminario destacó por su piedad, aplicación al estudio, respeto a los superiores y por su caridad con los compañeros. Su conducta humilde y apacible, disciplinada y recta, se basaba únicamente en motivos religiosos, pues sólo pretendía agradar a Dios nuestro Señor y prepararse para el sacerdocio. La nota característica de su vida, en el Seminario, fue la devoción a la Santísima Virgen y a la Eucaristía, y entre sus virtudes, destacó especialmente por la generosidad y el espíritu de sacrificio. Una vez ordenado sacerdote y destinado a la parroquia de Utiel, se distinguió por su piedad y prudencia en sus deberes sacerdotales. Dirigía la catequesis de los niños, interesándose por su formación. Repartía limosnas a los obreros enfermos. Sus compañeros sacerdotes de la parroquia tenían un concepto muy elevado de la santidad de su vida. 

Al iniciarse la Guerra Civil española y cuando arreciaba la persecución religiosa, estaba en Utiel de Coadjutor. El día 7 de julio de 1936, se encontraba en su despacho, leyendo la vida del P. Pro, martirizado en Méjico, y dijo: “¡Qué hermoso es el martirio…!, ¡Si el Señor nos lo concede, tenemos que recibirlo con gusto, no sólo porque siempre hay que estar conforme con su voluntad, sino porque a cada uno le lleva por el camino que más le conviene, y en sus planes entrará que el medio para su salvación sea el martirio!… qué medio más rápido de ir al Cielo!”.

Los mismos milicianos, después de haberlo asesinado, para justificar su muerte, no encontraban razón ni pretexto alguno, fuera de su carácter sacerdotal. Algunos alegaban su simpatía y el aprecio en general; otros decían que por haber celebrado la Misa después del día 18 de julio… Lo cierto es que fue asesinado únicamente por ser sacerdote y por odio a la fe, por lo que siempre gozó de fama de martirio. Murió asesinado el año 1936, sólo por ser sacerdote y por odio a la fe de Cristo. 

Según la Causa General y el acta de defunción, se dice que fue asesinado el 2 de agosto de 1936 en el término de Garaballa (Cuenca).

 

 

 

 

 

Fernando Pérez del Cerro

Cura Regente de Barajas de Melo

Don Fernando nació en Valdeolivas, Cuenca, el día 30 de mayo de 1889. Era hijo de Miguel Pérez Cano y Benita del Cerro y de la Torre. Tenía tres hermanos: Angustias, Rafael y Mariano. 

  A los nueve años quiso ingresar en el Seminario, pero antes tuvo que examinarse de ingreso y primer curso de Bachillerato en el Instituto de Cuenca. El mismo año, después de prepararse durante el verano, ingresó en el Seminario, donde cursó todos los estudios con ilusión y aprovechamiento, siendo ordenado de presbítero en el año 1911, y su primer destino fue de Coadjutor de El Picazo del Júcar. En el año 1914, Coadjutor de la Parroquia de San Nicolás de Huete y capellán del hospital. Pasó a El Picazo como Párroco el año 1930, donde permaneció hasta el 1934, año en el que fue trasladado, como Cura Regente, a Barajas de Melo, donde murió. 

Desempeñó el ministerio sacerdotal con gran celo, se desvivió por el esplendor del culto y de los templos, siendo un gran apóstol de la caridad y un sacerdote muy humilde, encendido en amor de Dios y dócil en todo momento a las indicaciones de sus superiores. 

“Siempre fue su máxima aspiración sufrir el martirio por su Divino Maestro, pensando varias veces marchar de misionero a tierras de América”. 

Habiendo comenzado la persecución religiosa, fue amenazado de muerte por los milicianos de Barajas de Melo, que trataron de arrojarlo a un estanque de agua y arrastrarle por las calles del pueblo. 
En julio de 1936 se trasladó a Cuenca, para entrevistarse con el señor Obispo en aquellos momentos tan graves, hospedándose en el Seminario, que había sido convertido en cuartel de los milicianos. De donde lo sacaron para asesinarlo junto con otros sacerdotes, en la noche del 10 al 11 de agosto de 1936.

Los que le conocieron afirman que toda su vida fue angelical; la caridad, el amor a Dios y al prójimo, su celo apostólico, el cumplimiento exacto de todas sus obligaciones, su afán de sufrir y morir por Cristo, fueron las ilusiones y anhelos de su vida. Murió asesinado en Cuenca, en la noche del 10 al 11 de agosto de 1936, cerca del cementerio de Cuenca, sólo por ser sacerdote y por odio a la fe de Cristo.

 

 

 

Juan Sanchez Carrillo

Párroco de Belmontejo

 

Nació, en Cervera del Llano, Cuenca, el 22 de octubre de 1874.

Estudió en el Seminario Conciliar de San Julián. Al terminar los estudios el año 1897, fue ordenado sacerdote, siendo destinado a Villar de la Encina. Después desarrolló la misión sacerdotal en los siguientes lugares: En el año 1902, en Fresneda de Altarejos; en 1903, Ecónomo de Albaladejo del Cuende; en 1904, en Montiel, Ciudad Real; en 1909, Párroco de Abia de la Obispalía y en 1907, Párroco de Belmontejo, donde le sorprendió la persecución religiosa.
Fue un sacerdote celoso y obediente, trabajador y fiel cumplidor de su deber. Siempre estuvo con los feligreses que, en cada momento, tenía a su cargo.

Cuando la persecución religiosa ya era general y muy virulenta, en Belmontejo, su parroquia, fue perseguido cruelmente y ultrajado sin piedad, superando todo dolor moral y físico con gran entereza, dando ejemplo y testificando su fe católica, como sacerdote fiel y valiente. Antes de morir, perdonó a sus asesinos y, alabando a Dios y diciendo ¡Viva Cristo Rey!, cayó al suelo, muerto por las balas. Después, profanaron su cadáver, “convirtiendo el macabro espectáculo en un acto de burla y diversión”, como dijo unos de los testigos oculares ya fallecido. Murió asesinado en el término de San Lorenzo de la Parrilla, el día 27 de septiembre de 1936, por ser sacerdote y por odio a la fe católica.