Por la dignidad de la persona… ¡Usemos la razón y no los prejuicios!

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Cuando leemos noticias de prensa, editoriales, artículos, entrevistas… o escuchamos declaraciones u opiniones de la más diversa procedencia relacionadas con la asignatura de religión, y queremos saber qué o quién hay detrás de talesafirmaciones, nos puede clarificar la siguiente pregunta: ¿se está usando la razón olo que se está poniendo en juego y queda patente son los prejuicios? Y en la mayor parte de los casos, la respuesta a esa pregunta nos da la pista para descubrir el grado de conocimiento o de ignorancia en relación a aquello que se nos dice.

Podemos preguntarnos, entonces, multitud de cuestiones relacionadas con elestudio de la religión en el ámbito escolar en nuestro país: ¿En un estado aconfesionaltiene sentido la presencia de la dimensión religiosa del ser humano y de la asignaturade la religión en las instituciones educativas públicas? ¿Es legítimo que la enseñanza de la religión (católica y demás confesiones) forme parte del currículum académico? ¿El estado ha de facilitar la presencia de profesores de religión? ¿No es la religión un hecho privado, vinculado al mundo personal, que no ha de mezclarse con lo público en una sociedad plural y en un Estado laico? ¿La presencia de la religión en la escuelaatenta contra los principios constitucionales? Y en todas estas preguntas podríamosencontrar opiniones vertidas desde la razón o contaminadas de prejuicios.

Y en el centro de todo debate en relación con la religión ha de estar presente siempre la dignidad de la persona. Por eso la cuestión central que nos estamos planteando sobre la presencia de la religión en el ámbito público y educativo notiene que ver con privilegios o no a una determinada institución milenaria (Iglesia), sino con el respeto y el reconocimiento real a la dignidad de la persona. La cuestiónno es religión sí, religión no, en el ámbito público, sino poner a la persona y a lasociedad ante la verdad íntegra de la vida humana; es decir, ¿qué nos hace más radicalmente humanos y nos ayuda a vivir en esa verdad? ¿Es la presencia de la religión en el ámbito público y en la escuela un impedimento o una ayuda para lograr que el ser humano llegue a ser lo que está llamado a ser?

Un profesor/a de religión en la escuela para enseñar la naturaleza del hecho religioso y su configuración concreta en las religiones, no es un ataque al principio de la no confesionalidad del Estado, sino una ayuda que este Estado realiza para quepueda desarrollarse plenamente la vida de sus ciudadanos, de aquellos de quienes desde el ejercicio de su libertad tienen el derecho a que sean atendidos en una delas dimensiones fundamentales de su existencia, como es la dimensión religiosa.

De cara a un futuro pacto educativo que posibilite la permanencia de laasignatura de la religión en la escuela y respecte la libertad para poder cursarla, losargumentos desde la razón y el diálogo serán siempre bienvenidos. En cambio, losargumentos procedentes desde posiciones ideológicas sectarias e impuestas haránun flaco favor al respeto a la libertad religiosa, al derecho de los padres a decidirsobre la educación de sus hijos y a la dignidad de la persona.

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